Lo que bien vale un verano

Klaus & Kinski: dejad el odio para después de comer - Foto: Blanca Galindo

Una fresca noche de marzo comparto empanadillas y refrescos en una confitería del murciano barrio del Carmen con Klaus & Kinski, la pareja formada por Alejandro Martínez y Marina Gómez. Entre bocado y bocado hablamos de Tierra trágalos (Jabalina), el segundo álbum del ecléctico dúo, un disco rotundo y variado que confirma y mejora lo que Tu hoguera está ardiendo, ya mostró. Tierra trágalos es un disco “que se ha hecho conscientemente sabiendo que era un disco“, aunque su grabación le haya supuesto a Marina pasar un verano sin playa.


Una entrevista de Chema Helmet (02/03/2010)

Dentro de pocos días sale a la calle Tierra trágalos. ¿Lo consideráis como un segundo disco o cmo segundo y medio?, os lo digo por el epé Por qué no me das tu dinero.

– Alejandro: Bueno, lo del epé fueron descartes, se editaron cosas que en su día se quedaron colgando y decidimos sacarlas.

– Marina: El disco es nuevo. Todas las canciones son nuevas. Alejandro se ha pasado desde el verano metido en la habitación, sin parar… No me ha llevado a la playa ni nada (risas).

– A.: eso de que no te haya llevado a la playa es discutible, pero este no es el momento para aclararlo.

Alejandro, ¿eres tú quién se ocupa de todo lo relacionado con la composición?

– A.: Sí. Tengo un estudio en casa, pequeñito, muy casero, donde compongo y grabo la mayoría de las cosas. También utilizo el estudio de nuestro técnico que está en las afueras de Murcia. Las voces las hemos grabado allí, y alguna otra cosa que prefería grabarla en su estudio. Pero el grueso del trabajo lo hago yo en casa delante de una pantalla de ordenador.

Tengo todo metido en un cuarto que es un zulo, bueno, un zulo, no es que sea pequeño, pero es que tengo metidas muchas cosas dentro..
– M.: Es las dos cosas: pequeño y hay muchas cosas metidas.

¿Cómo lleváis lo del segundo disco? Os lo digo porque el primer disco incluye vuestras primeras canciones, canciones con las que habéis convivido mucho tiempo, canciones con una trayectoria más larga, y de repente, una vez que se entra en esa dinámica del negocio musical de disco-gira, disco-gira, ya no se dispone de tanto tiempo para crear canciones nuevas. ¿Os habéis sentido presionados para llegar a conseguir un puñado de nuevas canciones con las que conformar un disco, especialmente en vuestro caso, que con el primer disco ya alcanzasteis el éxito?
– A.: Bueno, en el primer disco nos fue bien, pero tampoco fue para tanto. Nos ha ido bien, porque hemos logrado lo más difícil que es lo de meterte en este mundillo y que te hagan caso. Nuestra situación es ahora privilegiada, porque podemos sacar un segundo disco, y vaya o bien o a la gente le parezca una porquería, al menos lo van a escuchar, la crítica y los medios van a estar pendientes. Que guste o no… no lo sabemos.

El primer disco no se hizo pensando que era un disco, era una colección de canciones que se fueron haciendo durante meses, incluso años, que al final se aderezaron y se arreglaron para que de la forma más profesional posible se convirtiesen en un disco. De hecho, todo lo que nos pasó nos sorprendió mucho, que a la gente le gustasen nuestras canciones y el sonido del disco… Porque claro, era una cosa que ibas haciendo en tu casa, poco a poco. Y con este disco realmente, sí que se ha hecho conscientemente sabiendo que era un disco.

La parte buena del asunto es que te lo piensas todo mucho, porque intentas dar lo mejor de tí; por otra parte sí que se siente algo de presión, es verdad que piensas “a lo mejor me estoy equivocando, porque las cosas salen más naturales cuando las haces con mucho tiempo y de forma más espontánea…” En fin… te pasa todo por la cabeza, y en realidad es algo que no puedes saber.

Es algo que hemos hecho nosotros y que hemos escuchado tantas veces que al final pierdes la perspectiva. Hay días en que pìenso que es lo mejor y otros que pienso que es una auténtica mierda y me angustio. Pero es algo que no voy a poder evitar y que va incluido en el precio. Cuando pase más de un año ya juzgaremos cómo nos ha ido con este segundo disco.

¿Las canciones nuevas han sido compuestas pensando en el disco?
– A.: Cuando empezamos a hacer canciones ni siquiera teníamos una discográfica detrás. Las hacíamos y no sabíamos dónde iban a terminar: si las íbamos a colgar en maiespeis o si se las íbamos a regalar a algún amigo grabadas en un cedé. Y ahora, sí sabemos que estamos haciendo un disco que la gente va a a mirar con lupa, que es algo que por otra parte me hubiese gustado tener toda mi vida, porque puedo hacer lo que me dé la gana y lo va a escuchar la gente. Es genial.

Ahora estamos en una situación envidiable y eso nos obliga a esforzarnos, porque la gente va a estar pendiente de nosotros, y tenemos mucho que ganar.

Sí que es cierto que ya no da tiempo a hacer tantas canciones. Por un lado sé que si tuviese tiempo para hacer treinta en vez de quince canciones, pues el disco sería mejor, por pura cuestión de estadística. Pero por otro lado, lo de elegir los descartes… ¡buf!… y eso que para este disco sólo se ha quedado una canción fuera. Sé que si tuviera treinta canciones y nos pusiéramos a debatir cuáles se quedan fuera, lo hubiésemos pasado muy mal…

Vosotros que hacéis canciones tan variadas, ¿cómo os ponéis de acuerdo para elegir qué canciones serán los singles?
– A.: Pues al ser tan variado, a casa persona le gusta una cosa, y nunca vemos los singles claros, porque le preguntamos a la gente y cada uno te elige una canción distinta. Ya nos pasó con el otro disco, pero si cabe, con este disco nos va a pasar más todavía.

– M.: Ya está decidido cuál va a ser el single, pero al final haciendo caso a la propuesta de Jabalina, porque yo pensaba en uno, Alejandro no terminaba de decidirse por ninguno de sus hijos, y cada uno de nuestros amigos nos decía una cosa diferente… Al final dijimos: “pues decidirlo vosotros que sois los que vendéis discos”.

– A.: Es que se pierde la perspectiva, con el disco anterior las cosas fueron más improvisadas y ahora echando la vista atrás piensas, ¿y por qué no sacamos como single El Cristo del Perdón? Ahora lo ves claro, ves la reacción de la gente cuando la tocas en directo, pero en su momento no lo ves.

En fin, lo decidir cuál va a ser el single es una lotería horrible. Porque claro, elegir un single significa hacer un videoclip que sólo se va a ver en Internet…

– M.: O en la MTV, que no la tiene todo el mundo.
– A.: Exacto, en la MTV, que la tienen menos de los que tienen Internet.

¿Trabajáis más pensando en las canciones o en el disco?
– M.: Las canciones responden a las obsesiones de Alejandro. Si le diera por las marchas militares no quiero ni pensar lo que le saldría (risas).
– A.: ¿Qué tienen de malo las marchas militares?

– M.: Alejandro piensa más las canciones en función de lo que en cada momento le apetece más hacer, o de lo que ha estado escuchando más en ese momento.

el humor es una cosa muy seria
(Alejandro)

Con eso llegamos al “eclecticismo”, una cuestión que tarde o temprano iba a salir…
– A: Yo asumo que la esencia de esto es así. Es decir: tenemos un proyecto que se basa un poco en hacer lo que nos va apeteciendo, pero como planteamiento de raíz y de manera radical. Al menos hasta el segundo disco. Luego en el futuro vete a saber… Esto es un poco caprichoso, algo así del tipo: “me apetece hacer esto, me apetece hacer lo otro”… son impulsos casi egoístas, pues por darte placer porque es algo que te apetece, eso ya convertirlo en un rasgo de estilo.

Por otra parte, como también vemos que en realidad eso no abunda dentro del mundo del pop y del rock, y hay muchos grupos demasiado complacientes… Está muy bien eso de que busques un sonido y de que el disco sea muy lineal, a nosotros nos gustan discos que son así, pero lo que no entendemos es que se vea como una actitud tan rara el eclecticismo porque en el fondo no lo es. El pop al fin y al cabo es algo muy simple, que se basa más en el sonido y en la producción.

Siempre citamos a los Beatles, porque los Beatles son el grupo más ecléctico que ha existido. Los Beatles hacían boleros y otras cosas… y de alguna manera acabaron homogeneizando su propuesta y al final acabaron encontrando sus señas de identidad. Y es probable que nosotros también tengamos nuestras señas de identidad, sobre todo en cuestiones de sonido. Yo lo sé, cuando hago canciones hay ciertas cosas que tiendo a repetir porque nos funcionan, o maneras de arreglar las cosas, o la voz de Marina y su registro lánguido y dulce, que me permite extremar los estilos musicales, pues su voz ya lo va a homogeneizar.

Puedes hacer un tema a lo Mötorhead y luego haces una cumbia y si lo va a cantar Marina va a tener hasta sentido, porque ya funcionó en el primer disco y cuentas con ello. A lo mejor si tuviera que cantar yo, haría otra cosa…

¿Cuando compones siempre piensas que la canción la va a cantar Marina?
– A.: Sí, claro. Aunque haya que adaptarla a su voz, ya más o menos conozco sus registros, me imagino cómo van a sonar las cosas.

Marina, tú antes hablabas de las obsesiones de Alejandro, que para mí son las obsesiones de Klaus & Kinski…
– A.: Bueno no son sólo mis obsesiones. Si lo que yo hiciera no le pareciera bien a Marina…
– M.: …tendría las mismas.
– A.: Nooo. Sobre todo en lo que estilos se refiere. Yo sé que a Marina le digo: “vamos a hacer esto o aquello”, yo qué sé, por ejemplo una copla, y sé que ella me va a decir “pues claro”, porque lo va a asumir de manera natural, porque si le chirriara no lo haríamos. Ella piensa como yo.

Bueno, dejadme que os lea lo que he traído al respecto de las obsesiones de Klaus & Kinski apuntado en mi cuaderno: “usar el humor negro, la ironía y el sarcasmo para hablar de la piedad, el terror y la lástima”…
– A.: ¿En ese orden?

No necesariamente. (Risas).
– M.: El sarcasmo, la ironía y el humor negro lo utilizamos hasta cuando discutimos, o mejor dicho, especialmente cuando discutimos. Por lo menos por mi parte. Alejandro se dedica a esconderse detrás del sofá y cosas así (risas).

– A.: Lo que dice Marina es cierto… Yo intento escribir un poco como se habla, las canciones reflejan mis rasgos de personalidad, sea el sentido del humor o sea cualquier otro. Lo absurdo es crearse un personaje poético, irreal… Al fin y al cabo de qué vamos a hablar. Escribimos en castellano y utilizamos sus expresiones, no porque sean costumbristas, es que hablamos así…

Incluso lo de las imágenes religiosas es una cuestión bastante natural, no tienen nada que ver con la religión, las usamos como excusas para canciones porque nos parecen interesantes o porque son expresiones de uso común, como el que estornuda y dice “¡Jesús!”. Somos herederos de una cultura, simplemente es eso.

¿Y qué me decís de la escatología, entendida como la preocupación por el más allá?
– A.: Más que la escatología, yo diría que lo macabro. No sé… Crucifixión la solución no es una frase hecha, pero podría serlo, porque es un juego de palabras, tiene un referente religioso y todos los componentes para convertirse en una expresión popular de la calle.

Si con lo de escatología te refieres a La Mano de Santa Teresa, yo diría más que es macabro; de alguna manera la mano es un símbolo del amor fetichista. Es una analogía con el fetichismo, pero en el fondo es una canción de amor sincera y pretende ser algo bonito: “si pudiese te ponía en un altar, como hacía Franco con la mano de Santa Teresa”. Viene a decir eso.

El sentido del humor es para mí uno de vuestros rasgos definidores, y es algo que alabo en vosotros, que os desenvolvéis en una escena en la que la gente se toma muy en serio a sí misma.
-A.: Eso nos echa un poco para atrás. Evidentemente todo lo que se escribe va en serio, no hay nada de coña. Aunque utilicemos el humor. Pero es que el humor es una cosa muy seria. Es un rasgo que denota cierta personalidad, como mínimo para diferenciarte de lo que tú dices, de esa gente que se toma tan en serio.

-M.: Yo estaba pensando en que a veces se toma por “indi” más un peinado o un jersey que una actitud, en la que caben personalidades con mayor o menor humor, que sean más o menos tímidas… Uno escribe como lo que es y si eres un rancio, pues te sale así la cosa y si tienes más chispa, pues también. En nuestro caso nos sale como es Alejandro.

¿Cómo te sientes tú cantando las letras de Alejandro?
-M.: Algunas veces muy mal, porque Alejandro cuando discutimos se calla y luego escribe letras en las que me apalea. Al final, la única que entiende esas cosas, soy yo, porque soy la única que las ha vivido.
– A.: Yo creo que Chema te está preguntando más por las cuestiones y rasgos de estilo, no tanto por cuestiones personales relacionadas con el contenido que lo puedes saber tú y que al oyente le da igual porque no tiene por qué saberlas…
– M.: Si hay cosas entre nosotros será porque tenemos cosas en común, yo no me sentiría cómoda cantando las letras de otros, que no tengan nada que ver conmigo. Hasta cuando elegimos una versión, tiene que tener algo que tenga que ver con nosotros.
– A.: Es que la idiosincrasia es muy ajena, va con tu personalidad básicamente,… y yo sé que Marina se puede sentir incómoda cuando cante cualquier cosa que piense que haya sacado de algo entre nosotros…

– M.: No me gustaría si me avergonzara, y avergonzarme es algo que para mí tiene más que ver con ser cursi o con hablar de cosas supuestamente trascendentales, o darle a las cosas un matiz que no me gusta.
– A.: Muchas veces le pregunto a Marina, “¿esto te parece cursi, no me habré pasado?“.
– M.: Ser cursis es lo que más miedo nos da.
– A.: Da mucho miedo, porque en el fondo, lo que deja en entredicho tu inteligencia son las letras. Escribir lerdeces te deja como un idiota. Y escribir algo brillante sublima tu inteligencia.

No es la primera vez que Marina en medio de un concierto te dice que no quiere cantar una canción…
– M.: Es más por las letras, o porque no me viene bien de voz, o porque directamente les cojo manía. Es que hay muchas canciones que el público malinterpreta y les da una lectura que no tiene nada que ver con como yo creo que Alejandro piensa y me da rabia. Por ejemplo, En la cama es una canción que mucha gente escucha y le da un matiz candoroso que la canción no tiene.

Hay veces que siento que estás incómoda en el escenario…
– M.: Yo soy muy tímida y lo paso regular. Primero porque no estoy segura de mi voz, porque yo no soy cantante, soy diseñadora y entre otras cosas me dedico a esto porque estoy en el paro y porque Alejandro me obliga (risas)… Bueno, no es que me obligue, pero empecé en esto un poco porque sé que a él le gusta y porque claro, tiene cosas buenas, es una cosa que empecé a hacer por él y que se me ha ido un poco de las manos…
– A: …Marina se pone muy nerviosa en el escenario y fue todo un descubrimiento que empezase a hablar sin parar y que contase tantas historias, y lo hacía porque se ponía nerviosa y empezaba a hablar sin pensar… A veces se arrepiente de cosas que ha dicho, pero no pasa nada, porque después nos reímos.
– M: Yo paso muchos sofocos por cosas que he dicho y que me han traído consecuencias. Me he llevado broncas hasta del mismo Tanis de Jabalina. Recuerdo también una gran metedura de pata que tuve con una chica que quería que cantásemos en su boda y a quien eché de uno de nuestros conciertos. Yo quería llorar.

¿Dónde creéis que está el equilibrio entre ser ecléctico, tener estilo propio y repetirse?
– M.: Eso será a partir del próximo disco, ahora no lo sé.
– A.: Para mi ser ecléctico y tener estilo propio son cosas compatibles…
– M.: Pues para mí son contrarias…
– A.: No estoy de acuerdo…

Y mientras ambos se enzarzan en una divertida discusión sobre lo que supone tener o no tener estilo propio, una camarera nos advierte de que es la hora de cerrar…

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