La descacharrante actuación de Tarántula cerró de una forma brillante una nueva fiesta de El Planeta Amarillo.
Una crónica de Chema Helmet
Quién: Tarántula + Higinio + Antenne + Little Russia
Dónde: Doce y Medio (Murcia)
Cuándo: 18 de mayo de 2007
El inquieto y tototerreno Rafa Skam volvió a la carga con una nueva fiesta del exhaustivo fanzine El Planeta amarillo, ahora que su número 9 ya está en la calle.
Skam programó un menú degustación con cuatro grupos de los ventitrés que aparecen en Saturno, el disco que acompaña al fanzine
Little Russia son un trío formado por el propio Rafa Skam (voz, guitarras y teclados), otro ex Vacaciones a la batería (Jose Alberto) y por Pili (The Yellow melodies) al bajo. Y a pesar de la fuerte herencia poppie de los miembros de esta Rusia pequeña, su nuevo proyecto se desmarca por completo de anteriores aventuras tontipoperas. Ahora la electrónica, las bases y la distorsión son los nuevos puntos fuertes de este sabroso guiso sonoro. Adiós Belle and Sebastian, hola My bloody Valentine. Será que los chicos se van haciendo mayores. Tocaron las siete canciones que hasta el momento tienen y las que más me gustaron fueron aquellas en las que Skam cambió la guitarra por los teclados. A seguirles la pista de cerca.
El segundo plato de la noche fue servido por Antenne, grupo formado por Iván Marcos (guitarra y voz), Laura More (percusión, voces y bailes), y Javi Nasty (cacharros electrónicos y guitarra). El año pasado Antenne grabaron el disco conceptual I am a robot, que narra la historia de Tommy, un robot venido de Júpiter para alucinar con nuestras estupideces cotidianas. El concierto de Antenne fue irregular, con valles y picos, muy trompicado. Según la canción el grupo se presentaba como dúo o trío, e incluso en un par de canciones se quedó sólo en el escenario Iván. Tanto vaivén de arriba a abajo del escenario con los continuos cambios de formación y los cambios de ritmo que ello supuso deslucieron su espectáculo. Y es una pena, porque Antenne tiene canciones excelentes que incluso suenan mejor en directo que en el disco. Además, Javi Nasty estuvo esa noche inusualmente comedido; no así Laura More, que no paró de bailar y de animar.
Higinio es un cuarteto formado por Carlos 77 (1977, Vacaciones), Fran Vázquez (Radiactivos, Runarounds), José Megatón (Runarounds, Los Megatones) y JL Serrano (Santos Inocentes, 1977). Los «higinios» se dedican al power pop de toda la vida: canciones directas y contundentes, de ritmo vivo y melodías poderosas. Ideales para poner a bailar a todo el personal. Dieron un concierto entretenido, pusieron muchas ganas y tanto ellos como nosotros nos lo pasamos muy bien. A destacar canciones como Grageas o Gelocatil, futuros éxitos de Higinio.
Y después del atracón, llegó el postre. Y menudo postre. Eran casi las tres de la mañana cuando cuatro sujetos escapados de no se sabe muy bien dónde hicieron acto de presencia sobre el escenario. Cuatro especímenes (Eneko Trece, Vincent Leone, Daniel Descabello y Joe Crepúsculo) que responden al nombre común de Tarántula. Y llegado este momento, la atónita pluma de quien esto escribe se queda absolutamente corta para intentar describir el espectáculo que presenció. El idiotismo convertido en sublime expresión artística. Un espectáculo desopilante en el que no cabe ni el sentido del ridículo ni la lógica ni el raciocinio.
¡Y qué canciones! Delirantes himnos surrealistas. Además de poseer un fabuloso repertorio propio en el que sobresalen Esperando a Ramón, Empresarios y secretas o Tarántula, Tarántula son capaces de deconstruir clásicos del pop español de los ochenta como Insurrección (El último de la fila) y Es especial (Burning) y convertirlos en enormes monumentos dadaístas.
Imaginemos una mezcla imposible entre Aviador Dro, Derribos Arias, Eugenio, Cramps, Joy Division y Joe Rigoli y nos acercaremos a lo que es un ¿concierto? de Tarántula.
En la entrevista que Rafa Skam les hace para El Planeta amarillo nº9 afirman que: «somos mucho más raros en la vida real. En la vida irreal, o sea “los escenarios” y demás mandangas (…) nos comportamos como si fuésemos personas “normales”». Ya era hora de que alguien se tomase esto con humor.