El abrasador de almas

Alfaro sin Alienistas: Ulalala que fácil es - Foto: Chema Helmet

Fernando Alfaro actuó gratis y sin sus Alienistas… Poco importó que así fuera.


Una crónica de Chema Helmet

Quién: Fernando Alfaro
Dónde: Doce y Medio (Murcia)
Cuándo: 8 de junio de 2007

Llegaban noticias muy contradictorias y confusas en los días previos al concierto de Fernando Alfaro en la Sala Doce y Medio. Para empezar, era un concierto apenas anunciado y escasamente promocionado, y más de uno incluso dudaba de que no se tratase de un bulo.
Además, algunas fuentes apuntaban a que Alfaro vendría sin grupo, él solo, aunque otros aseguraban que no, que los Alienistas tocarían en Murcia.

Y por último, el mismo día del concierto corrió el rumor de que el concierto iba a empezar a las 22:00 en punto y que la única forma de entrar a la sala era enseñando el disco (Carnevisión) en la puerta o comprándolo allí mismo.
Y llegó la hora de la verdad, y ni empezó a las 22:00 (pues empezó casi a las 0:00) y ni hubo que enseñar ningún disco en la puerta, pues éstas estuvieron abiertas para todo aquel que quisiese entrar. Menos mal que hacía una noche estupenda para pasarla al fresco esperando a que se abriesen las puertas de la sala.

Fue un gran detalle que nada más salir Fernando Alfaro al escenario (y sí, vino con su guitarra acústica y sin Los Alienistas) nos pidiese perdón por el retraso y por la confusión creada con respecto al horario del concierto y demás.

En fin, después de todos los avatares, Aire, esa preciosa canción de Chucho, fue la primera canción que interpretó un frágil y huidizo Alfaro, que escondía su rostro todo lo que podía bajo la visera de su gorra.
Hasta la fecha había visto a Fernando Alfaro en concierto en numerosas ocasiones y bajo sus distintas encarnaciones en Surfin’ Bichos y Chucho, pero nunca hasta esa noche lo había visto actuar en solitario. Y así, sólo con una guitarra acústica la radiografía de las canciones de Alfaro resulta reveladora.
Tocadas así, tan cercanas y desnuditas, las canciones pierden el innegable brillo de los arreglos, pero ganan en fuerza y en intimidad (os las estoy tocando como cuando se las enseño al grupo en el ensayo, nos dijo).

A estas alturas, y con una carrera de veinte años a sus espaldas, no vamos a descubrir aquí el talento del músico de Albacete, pero las composiciones de Alfaro son impresionantes. Poco importa que se acompañe de unos músicos u otros, porque al fin y al cabo lo que siempre suenan son sus canciones. Canciones que van al grano y que no se pierden dando rodeos innecesarios, canciones dotadas de una belleza quebrada, canciones que abrasan el alma y que raspan como la lija.

Apenas tocó durante cuarenta minutos, que realmente supieron a muy poco, pero durante su presencia sobre las tablas pudimos escuchar unas cuantas canciones del nuevo disco Carnevisión (excelentes canciones: Problemas de sueño, Los cuatro vientos, Uh la la qué fácil es, Luz de gas…) y también canciones más antiguas, brillantemente culminadas con Gente abollada, ese fabuloso tema de Surfin’ Bichos con el que cerró su actuación.

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