Noche de contrastes

Björk: dando una de cal y una de arena - Foto: Vivi Gondek

La talentosa artista islandesa Björk presentó Volta en Bilbao en un concierto irregular.


Una crónica de Fernando Ganzo

Quién: Björk en concierto
Dónde: Explanada del Museo Guggenheim (Bilbao)
Cuándo: 13 de julio de 2007

La nueva etapa musical de Björk comenzó su singladura en directo en nuestro país en Bilbao, en un concierto lleno de contrastes, y en una noche que se puede calificar como desconcertante.

El decorado en el que se erigió el amplio escenario, la explanada del Guggenhein, parecía el lugar idóneo para encontrar el término medio entre la complejidad artística de la islandesa y su vertiente más popular, más festivalera y, en definitiva, más acorde a la época del año y las latitudes en las que se encontraba.

Tras el titubeante comienzo del programa (una inquietante laxitud de horarios supuso el retraso de más de una hora de la actuación del artista invitado, y los inicialmente cómicos rumores de que éste sería el hermano de Farruquito se confirmaron como sorprendentemente ciertos tras el anuncio de un speaker más propio de verbenas rurales que del museo Guggenhein), comenzó el despliegue del escenario de la islandesa.

Primer punto de incertidumbre resuelto: la sugerente complejidad de su anterior paso por España fue sustituida por una suerte de bizarrismo colorido, con grandes estandartes ilustrados por ranas, pájaros y cocodrilos, y con una corte de niños portadores de pendones de impoluto aspecto nórdico, que se encargaron de la sección de viento, los coros y eventual coreografía dadaísta. Y, dominándolo todo, la enérgica presencia de Björk, enfundada en un peculiar vestido verde y con antifaz dorado, convirtiendo su actuación en un puro acto de desinhibición musical.

Lo cierto es que, aunque es una pregunta que ronda frecuentemente la cabeza de quien la escucha, uno no se deja fascinar verdaderamente por el paradójico hecho de que un cuerpo tan pequeño pueda albergar tamaño talento hasta presenciar su actuación en directo. Y la voz. Por encima de todo, su voz: constante torrente de emociones, irresistible conglomerado de potencia y delicadeza.

La pegada inicial de Earth Intruders supuso una primera respuesta positiva: pese a lo extraño de la ubicación, el sonido resultó soberbio. La continuación supuso la segunda: una brillante revisión de Hunter, en base a los nuevos códigos musicales que rigen la música de Björk, dejaron bien a las claras que Volta (con su desigual acogida) no iba a protagonizar un repertorio que fue alternando temas clásicos con nuevos. Una expresión cruzando por el inconsciente colectivo: “una de cal, una de arena”.

Eso sí, la reinvención de esos temas ya clásicos, adaptándolos a un nuevo formato y a un concepto musical distinto supuso el mayor logro de la actuación: se trata de algo no siempre fácil de conseguir y que es de agradecer. El público, pese a todo, se volcó con el lado más bailable de las canciones (sí, cada uno se desata a su manera, y si apartando la mirada del escenario nos hubieran dicho que eran los Chemical Brothers o Jamiroquai quienes actuaban, podríamos haberlo creído tras echar un vistazo a la actitud del público), abrazando sin reparos, entregados, cada requiebro del repertorio.

Desgraciadamente, no siempre estuvo a la altura de las expectativas, y lo poco profundo del devenir del concierto (pese a momentos inmensos, como el All is full of love, o, en menor medida, el Army of me), la escasa espectacularidad de la frívola decoración (a pesar de lo resultón del Reactable, sólo tres reducidas pantallas dejaban ver su visualmente juguetón trabajo), y un cauce general que se acercó peligrosamente a una festivalería algo ramplona, dejaron un sabor agridulce en el paladar.

La frescura del sonido se fue diluyendo peligrosamente, y es que intentar recuperar la fuerza de antaño buscando una accesibilidad fácil no parece la fórmula más adecuada. Puede (y debe) exigirse algo más.

Tras el final del escueto bis, con un (en todos los sentidos) mediocre Declare Independence, sólo una palabra pudo evocarse: barato, bastante e inesperadamente barato. Y no estamos hablando precisamente de la entrada.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Clef two-factor authentication