Canciones incorpóreas para una tarde de invierno: hablamos de Arborea.
Una crónica de Chema Helmet
Arborea es una entidad sonora que lleva en funcionamiento desde 2006, y ya en 2007 se les pudo ver en el festival Tanned Tin de Castellón. En el pasado 2009 se editó House of sticks (Borne! / Darla), el tercer capítulo de su particular viaje musical, una aventura acústica que se inspira en los imponentes paisajes de Maine.
La delicada y cristalina voz de Shanti es la guía que sirve para introducirnos en un mundo poderoso y vibrante, un mundo marcado por un paisaje inabarcable de extensos bosques nevados, un mundo en el que los días son muy cortos y en el que el tiempo pasa despacio mientras permanecemos absortos contemplando el chisporroteo del fuego en la chimenea. La guitarra de Buck Curran se encarga de complementar a Shanti con sus sugerentes drones y sus evocadoras capas sonoras; son el entramado perfecto para las espaciosas composiciones de este dúo que habitualmente compone, arregla, produce, graba e interpreta su música al alimón.
Las lánguidas e incorpóreas canciones de Arborea se balancean a un ritmo cadencioso, el mismo ritmo con el que uno vería desde la ventana de su confortable cabaña caer los copos de nieve una tarde de invierno.
La música de la pareja de Maine habita un territorio indefinido y misterioso, un territorio a mitad de camino entre la canción tradicional de los Apalaches, el acid-folk y lo ambiental. Música creada con una instrumentación mínima y tocada al menor volumen posible. Los silencios juegan también un importante papel en el discurso sonoro de Arborea, un discurso ensoñador que se inspira en los paisajes, colores y olores de los extensos bosques y las abruptas montañas de Maine. No es casualidad que Arborea grabe su música en una cabaña que construyó el bisabuelo de Shanti en los tiempos de la Gran Depresión.
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