La cumbia troglodita
Pasada por agua y lodo, la heterogénea primera edición del
Norte Rock fest en México DF tuvo en Silverio a su mayor valedor.
Qué: I Norte Rock Fest
Cuándo: 16 de junio de 2012
Quiénes: Kinky + Insituto Mexicano del sonido + Sussie 4 + Silverio + Da Punto Beat + Marlish
Dónde: Estadio de los Pieles Rojas – Naucalpan de Juárez (México)
Texto: Chema Helmet
Fotos: Nacorock
A la misma vez que en la plaza del Zócalo del D.F. Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, Sonidero Mestizo, Tex Tex, Torreblanca, Luz de Riada, Vicente Gayo, Descartes a Kant, Real de Catorce o Liran’ Roll agrupaban a más de 35 000 personas en el concierto en apoyo al movimiento estudiantil #YoSoy132, en el norte de la capital se estrenaba un nuevo festival con un heterogéneo cartel formado exclusivamente por bandas mexicanas.
El I Norte Rock Fest apostó por lo seguro con los “superventas” Kinky y Sussie 4 como platos fuertes. Ambos grupos más del gusto de los afortunados que disfrutaron de sus conciertos cobijados bajo la zona VIP del festival que de los empapados espectadores de general.
Y en lo que a este cronista respecta, la desconcertante actuación -que pasó de Gloria Stefan a Placebo en apenas un par de canciones- de la megabanda de Jalisco Sussie 4 me dejó bastante frío, mucho más frío que las más de seis horas pasadas a la intemperie bajo un terco e inacabable chaparrón que convirtió el estadio de los Pieles rojas en un incómodo fangal al más puro estilo “Mudstock”.
La lluvia que caía sin cesar en la Ciudad de México desde la noche anterior posiblemente tuvo mucho que ver en que el recinto ubicado en Naucalpan de Juárez tuviera una flojísima entrada. Con vistas a futuras ediciones -esperemos que el verano que viene no les llueva y que la agente acuda-, el Norte Rock Fest deberá cuidar mucho más la producción ya que el sonido dejó toda la noche bastante que desear. Las voces de los diferentes cantantes que pasaron por el escenario pielrojeño apenas se escucharon -sólo se salvó de la quema el vozarrón del inefable Silverio-.
Tampoco tuvo mucha gracia el electro pop de Kinky. La banda de Monterrey -que ha colaborado entre otras con La Mala Rodríguez y Paulina Rubio- es un grupo con una carrera de alcance internacional, pero no por ello deja de ser ultracomercial, muy al gusto de la generación MTV (y de la grada VIP). Eso sí, casi todos lucen peinados divinos, envidia de la masa de adolescentes que se precipitó hacia las primeras filas durante su estelar y populachera actuación.
Los imberbes Marlish fueron los encargados de abrir el Norte Rock Fest poco antes de las cinco de la tarde. Sus escasos veinte minutos sobre el escenario fueron un ejercicio de buenas intenciones, pop-rock correcto, juventud y… poco más.
El balance final del Norte Rock Fest arroja un saldo favorable no hacia las bandas que aparecían con letras mayúsculas los renglones superiores de su cartel, sino en aquellos artistas que ocuparon lugares menos destacados.
Este es el caso de los interesantes -pero ciclotímicos- Da punto Beat. Con una actitud irreprochable, se esforzaron sin descanso por conectar con el público (acaudillados por el espectacular guitarrista Oliver González), para tratar de elevar los ánimos de la empapada parroquia que sobrellevaba como podía los caprichos atmosféricos de la tarde bajo sus impermeables.
El punto fuerte de Da punto Beat es sin duda su vigorosa receta a base de actitud, entrega y energía, pero la puesta en vivo de sus canciones resulta muy plana y poco a poco el fantasma del aburrimiento empieza a planear peligrosamente sobre la grada.
La -a priori interesante- mezcla a base de tecno, rock y pop que ofrece Da punto beat no termina de cuajar y el resultado termina siendo más flojo de lo esperado.
Eso sí, hemos de anotar en el haber de la banda originaria de Jardín Balbuena un punto a su favor gracias a Las mariachis borrachas, un rotundo pelotazo de dance rock con el que Dapuntobeat dio carpetazo a su irregular actuación.
El Instituto Mexicano del Sonido de Camilo Lara llegó al Norte Rock Fest con nuevo disco bajo el brazo (Político) y con una atrevisa fórmula “copia-pega” de cumbia y electrónica que funciona en directo a las mil maravillas.
La irresistible “Cumbia de Coyoacán” del “i-eme-ese” sometió sin piedad a nuestras caderas, las convirtió en esclavas de los juguetones beats lanzados desde el escenario por el agitador Lara, mientras nos forzaba a bailar en imposibles equilibrios sobre la densa capa de barro que ya empezaba a acumularse peligrosamente bajo neustros pies.
El IMS es música para bailar y gozar, sí, pero también bajo una envoltura aparentemente inocua hay mucho más mensaje de lo que a priori pudiera parecer. No en vano Lara aprovechó la ocasión para manifestar su apoyo al pujante movimiento estudiantil mexicano @YoSoy132.
A media tarde el stripper Silverio nos pilló a contrapié con su ruda descarga de electrónica troglodita. La inmensa presencia escénica de este auténtico macho man es capaz de llenar el escenario con apenas un par de mesas de mezcla para poner el festival patas arriba con sus improperios y sus abruptas canciones.
Autodefinido como “licuadora humana”, Silverio “perpetró” una actuación impagable, un aquelarre calentorro que exuda testosterona. Silverio se compone canciones a sí mismo. Silverio le pone su nombre a todos su discos y a varias de sus canciones y no tiene pudor en confesarlo. Silverio quiere que el público le “chupe un huevo” y no tiene reparos en quedarse en tanga y mostrar a los asistentes uno de sus testículos mientras proclama “tranquilas, tengo para todas”.
Silverio es la peor pesadilla de Barry White.
(Nota: Gracias a Nacorock por cedernos libremente sus imágenes. No dejes de visitar su web para ver más fotos).
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