Lumière: el otro cine de papel

Hablamos con nuestro ex colaborador Fernando Ganzo, cineasta, residente en París y codirector de la revista Lumière, una publicación dedicada al “cine que no se ve”.

Una entrevista de Chema Helmet (13/03/2011)

Hablemos de Lumière. Es una revista espectacular, pero tengo que decirte que estoy abrumado porque cuando la leo no conozco nada de lo que sacáis…
– Lo que aparece en Lumière depende de las películas que hayamos visto, de las que nos hayan gustado al equipo de redactores y que creemos que merece la pena escribir. Sí que es cierto que puede haber películas sobre las que nos puede apetecer escribir, pero a lo mejor escribiríamos más vaguedades, o sobre las que ya se escribe en otras partes más detalladamente y las descartamos porque obviamente no se puede escribir de todo.
Sobre las películas más comerciales, si a alguno de nuestros lectores les interesa leer sobre ellas, pues saben dónde pueden acudir. Nosotros escribimos con la esperanza de dar a conocer películas, para despertar el interés. Si en la revista alguien ve un artículo sobre una película que no conoce, a lo mejor le pica la curiosidad y va a verla, que al fin y al cabo ese es el objetivo. Se trata simplemente de ser “pasantes”, de hacer descubrir. La inquietud de una revista jamás puede ir por detrás de la de sus lectores. Significaría su muerte.

¿Cómo se fraguó el proyecto? ¿De dónde surgió Lumière?
– Todo empezó en el Festival de Gijón en noviembre de 2008, donde coincidimos varias personas que por aquel entonces estábamos escribiendo en otros proyectos, yo por ejemplo todavía estaba haciendo cosas para festivalesdepop.com, pero me acababa de ir a vivir París y obviamente los conciertos de París no encajaban tanto en tu agenda, aunque hay conciertos muy buenos…

Oye, pero esa puerta está siempre abierta ¿eh? Ya sabes, si tú quieres seguir colaborando con festivalesdepop…
– Sería todo un placer. Como te decía, ese grupo de personas estábamos escribiendo en otras partes y cada uno era de una ciudad diferente. Solíamos “encontrarnos” en un foro de Internet que se llama Cinexilio. Pero, en lo referido al cine, no existía ninguna publicación con ideas críticas fuertes, ningún gesto realmente importante al que quisiéramos sumarnos. Cuando coincidimos en el Festival de Gijón surgió entre varios de nosotros el impulso de crear una revista que dirigiéramos directamente, en la que no fuéramos simplemente los colaboradores, para poder para poder desarrollar nuestra pasión y nuestras ideas con absoluta libertad. Yo ya vivía en París y los otros dos codirectores de la revista viven uno en Asturias y el otro en Sevilla, por lo que no tuvimos más remedio que editarla por Internet.

Entonces el núcleo creador no os conocíais en persona hasta que fuisteis a ese festival de Gijón…
– Así es, hasta que fuimos a ese festival no nos conocíamos en persona, pero nos habíamos leído y eso bastaba.

Yo tengo el número 3, no sé si es el último que habéis publicado…
– Después del 3 salió un número especial sobre Godard, que acababa de estrenar su última película Film Socialisme, una película que se ha estrenado en algunas ciudades españolas -no muchas-. Es un número que ha funcionado muy bien y que tiene la particularidad de que por primera vez escribe gente de fuera de la revista. Por ejemplo escribe Miguel Marías, críticos franceses como Jean Douchet… En ese sentido es un número un poco especial. Además es nuestro primer número en salir a la venta en papel, directamente,
además de poder descargarse gratuitamente de Internet, claro.
Lo hemos vendido en pequeña tirada en Barcelona, y ahora mismo también está a la venta en Buenos Aires. Pensamos poner más números en venta en Barcelona, y otras ciudades españolas (Madrid, Sevilla, Santiago, Bilbao…) dentro de poco tiempo.

¿Tiene periodicidad la revista?
– Por el momento la periodicidad de dos números al año se respeta. Entre el 3 y el 4 (que por cierto está a punto de salir), hay un año por medio, pero se debe al especial de Godard. A partir de este número 4 vamos a intentar asentar el ritmo de producción y los métodos, para garantizar una periodicidad más estable. Yo creo que dos números al año está bien.

¿No tenéis publicidad?
– No, no insertamos publicidad, ni obtenemos beneficios por ninguna parte.

¿Y cómo enfocáis la difusión? Tenéis un sitio web donde uno puede descargarse la revista en PDF pero además hacéis algo más, no sé, ir a la puerta de un cineclub y repartir flyers
– Se han repartido flyers en Buenos Aires, para hacer descubrir la revista… Tenemos la suerte de que al lector que le interesa suele transmitírselo a sus amigos, con lo cual cada número va teniendo más alcance que el precedente. Obviamente, esta tarea de difusión y promoción tiene que reforzarse ahora que salimos a la venta en papel, pues hay un lector que no es tan hábil en Internet, que no conoce todo, y al que hay que hacerle saber que la revista existe y que puede comprarla en su librería.

¿Usáis Internet como medio de promoción: vamos las redes sociales y esas cosas?
– Somos habituales de foros especializados, sobre todo Cinexilio, que es de donde salimos buena parte de los redactores de Lumière. También tenemos una página en facebook, donde mantenemos una actividad yo diría brutal, dando a conocer nuevos contenidos, comentando en directo eventos, o anunciando nuestros vídeos, que son una parte importantísima de nuestro trabajo: entrevistas con cineastas, montajes
críticos de películas, conferencias….

En estos tiempos de interconexiones instántaneas, de mensajes en red de 140 caracteres como máximo… vosotros vais y sacáis una revista de 200 páginas, con artículos que cada uno de ellos tiene 5 ó 6 páginas, varios miles de palabras de extensión…
– Precisamente por eso decidimos hacerlo no en una web sino en un PDF, que cada uno en su casa pudiera imprimírselo y leerlo tranquilamente. Y en la edición que se vende en librerías no cambia nada, puesto que nos autoeditamos y tenemos pues toda la libertad del mundo.
Yo diría sencillamente que son lenguajes distintos, que hay que manejar, porque también trabajamos con el contenido web. Cuando estamos en festivales enviamos crónicas diarias que se suben directamente a la web, y ahí obviamente el lenguaje es distinto, son menos extensos; después, ya en el número “ normal” , lo desarrollamos.
Es una cuestión de estilo. En una extensión corta tú no pued es desarrollar cierto estilo lingüístico/literiario y dejar caer a la ligera ciertas ideas porque no sería provechoso para el lector. Sí, es una lectura que exige tiempo pero yo creo que ahí está el valor del trabajo del que escribe y del que lo lee, que en cierto modo tiene que trabajar un poco..

¿Cuál es vuestra línea editorial? ¿Cine de actualidad de autores que no están en circuitos comerciales?
– Los que escribimos en Lumière somos grandes lectores de crítica en español, en francés, en inglés. Y particularmente en español vimos que había un terreno que era insatisfactorio. Ciertos cineastas que eran menos conocidos en España cuyas películas sin embargo se pueden ver por Internet tan fácil como las de cualquier cineasta español o americano, y que estaban desatendidos. Creíamos que nosotros teníamos cosas que decir al respecto.
Sí que es cierto que en buena parte hablamos de películas francesas que no se estrenan en España, de cineastas que están más en un campo experimental y que hay que llegar a ellos directamente por deuvedé. Pero al mismo tiempo muchos de nosotros somos grandes amantes del cine clásico, nos gustaría hacer contenidos también de películas de otra época, que seguramente haya visto más gente, pero del cual se pueden sacar a la luz aún muchas cosas……

Se trata, simplemente, de descubrir todo un cine que no llega, que es sumamente inspirador, y que no tiene por qué ser de actualidad (uno de mis campos de batalla es el “otro” cine francés de los años 70, un cine que expresaba un amor por el relato, un cine muy cinéfilo y muy valiente, muy juguetón, imaginativo, libre, sin ambición de ser un gran cine de autor, y donde también había españoles, como Adolfo Arrieta).
Sí que es cierto que, al principio dijimos, respecto a la línea editorial, nosotros no tenemos porque la editorial son las películas que nos gustan. Es decir, vean ustedes de qué películas hablamos y ya sabrán ustedes cuál es nuestra línea.
A lo largo de estos primeros números ha habido un pequeño cambio, cuando en el nº 3 empezamos un dossier sobre los años 2000. Y es un dossier en el cual nosotros tratamos una serie de películas que a nuestro modo de ver han cambiado, por así decirlo, el cine en la última década. Y han cambiado al mismo tiempo que nosotros cambiábamos como cinéfilos porque las descubríamos, descubríamos que existía ese cine que era un poco más difícil de encontrar. Conclusión: nosotros pensábamos que era un cine sobre el que teníamos que escribir directamente en primera persona. Es decir, como una experiencia cinéfila, sin una gran obsesión académica.
Creo que a partir de ahí se ha redondeado esa forma un poco apasionada de escribir esta revista, sobre el cine que nos gusta y cómo nos gusta escribir a nosotros. Cuando alguien entra en una revista con una gran historia o con una línea editorial ya muy definida desde hace mucho, hay una especie de presión sobre la persona que escribe bastante fuerte. En Lumière tenemos la suerte de tener una línea fuerte que se ha encontrado con mucha naturalidad y donde estamos cómodos.
Otros dos detalles fundamentales es que, más allá de todo nuestro trabajo crítico stricto senso, también creemos en un valor literario de la crítica. Puedes tratar ciertos temas, puedes llegar a ciertas conclusiones, hay un placer de la lectura por la lectura, por así decirlo. No con el cine como excusa, sino con el cine como materia. El segundo detalle es que muchos de nosotros hacemos también películas, y creo que eso condiciona y marca nuestro estilo.

Lumière: el otro cine de papelHablemos ahora un poco de lo que más toca de cerca a festivalesdepop.com, de la música. ¿Cómo entiendes tú la relación entre cine y música? ¿Crees que el todo es la suma de las partes o es algo más?
– Es una relación complicada de analizar, porque el cine precisamente se caracteriza por haber absorbido todos los lenguajes artísticos que le precedían: ha absorbido del teatro, de la pintura y de la música también.
La música se ha incorporado de forma muy natural al cine, no sólo me refiero a la incursión de temas musicales en las películas, sino a la propia construcción de la estructura de una película. Sobre su narración hay muchas películas de las que se dice, y sé que es un topicazo, que son “ muy musicales” . Así pues, por la parte del cine me parece que este es un terreno muy fructífero y creo que está bastante claro que resulta hasta gratificante. Me parece, hablo ya de forma subjetiva, que la adaptación de óperas al cine

El problema es que el cine devuelve a la música lo que tomó de ella con un regalo envenenado: el videoclip, que para mí es un campo sumamente desaprovechado y de gran pobreza en general. Pero permanezco optimista en cómo la música se enriquece con el cine: he asistido a conciertos en los que el trabajo de proyecciones tiene tanto valor como lo que veíamos en escena (pienso en Godspeed you! Black Emperor, por ejemplo). Otro caso actual: he visto recientemente el deuvedé de Neil Young que ha hecho sobre el disco de Le Noise y es muy curioso, hay mucho que hacer por ahí. No sé cómo decirte, creo que las posibilidades que tienen de enriquecerse una y otra son muchas, y
todavía se pueden dar pasos nuevos. Aunque en el caso del cine te diga que me parezca algo muy evidente, cada día creo que se pueden encontrar cosas nuevas. Por no hablar ya del cine experimental, donde muchas películas pueden hacer un trabajo con la banda de sonido sin utilizar instrumentos que acaba siendo una verdadera melodía de sonidos grabados por la propia cámara o por el sistema de grabación que utilice. En fin, te confieso que las Histoires du Cinéma de Godard yo muchas veces las escucho como un disco.

Ponme algún ejemplo de esta opción experimental…
– Hay un caso que me viene ahora a la mente porque hemos estado recientemente con él, y en Barcelona se han proyectado sus películas en la sala Excentric, que es Ben Rivers. Bueno, el caso del cine experimental es muy particular, porque tradicionalmente se han usado formatos como Super 8 o similares, cámaras que no tienen entrada de sonido, y muchos autores “ experimentales” optaban por no incluir sonido en sus obras. Con la llegada de la tecnología digital esto ha cambiado.
O por ejemplo, te cito a un cineasta austriaco, Peter Kubelka, que era también cocinero, es uno de los pioneros del cine experimental de los años cincuenta, en sus películas simplemente él cogía los negativos y los manipulaba en la sala de edición, prácticamente sin filmar, y al mismo tiempo manipulaba también la banda de sonido: en ciertas películas suyas, a cada imagen se corresponde un sonido y es difícil pues separar la sensación que ambas fuentes provocan. Incluso las películas experimentales sin sonido, como por ejemplo las de Stan Brakhage está en sí muy cerca en conceptos que podría tratar el mismo John Cage, para quien el silencio era una parte de la música, y de hecho han colaborado juntos en alguna
película.
Y no sólo nos podemos ceñir al campo experimental, mismamente las Histoires du Cinéma de Godard que antes te citaba … Yo las encuentro bastante disfrutables como simple sonido. Lo que hace Godard en su película es un poco lo que hace Bob Dylan en su programa de radio, sólo que utiliza otro medio, el radiofónico, aunque lo que hace Dylan es en directo y lo de Godard no, claro. Pero yo veo ahí un vínculo muy claro.

Nos has dado muchísimas pistas, la verdad…
Hay muchísimos otros caminos… El campo de cineastas melómanos es vastísimo. En Francia es bastante común que los cineastas sean melómanos. Al final hay cineastas que siempre destacan por tener el dominio de un arte en concreto, no sé por qué. Hay cineastas que les gusta la arquitectura, hay cineastas que les gusta la música, hay cineastas que les gusta la literatura… Pero es curioso porque parece venir de una afición previa en algunos casos.

Sí, como si el cine no fuese para ellos lo principal, ¿no? “Yo quería ser arquitecto, pero terminé haciendo cine” o algo así…
– Yo creo que hay casos en los que haya podido ser así, desde luego. Por no hablar de todos los cineastas que en sus películas recrean claramente la luz que utiliza tal pintor, o incluso la composición de cierto cuadro. De esos hay muchísimos casos… Me ha gustado tu pregunta, porque quizás sea mucho más interesante el trabajo musical a la hora de componer una película que el trabajo pictórico, creo.

¿Tú crees?
– Sí, porque es menos evidente. Trabajar con fotografía es la base, la imagen. Es la primera misión. Comunicar a partir de imágenes más que con sonidos… Pero luego en lo que se refiere a las películas sobre músicos y sobre conciertos, es un campo que a mí me decepciona un poquito. En fin, la película de Scorsese obviamente no está nada mal…

¿Te refieres a la de los Rolling? ¿Shine a light?
– No, a la mítica…

¡Ah! El último vals
– Sí, El último vals. A mí la de Jim Jarmusch de Neil Young me divierte mucho. La que hizo Godard con los Rolling Stones está muy bien, es de las mejores quizás… Y algo que a mí me gusta mucho, que me gustaría filmar, es simplemente filmar un concierto y hacer de ello una película. Y de eso es cierto que se encuentran cosas menos interesantes. A mí particularmente me gusta mucho la película Jem Cohen de Fugazi, se llama Instrument, y la recomiendo a los melómanos que nos lean. Y luego está Nick Cave por ahí haciendo guiones y bandas sonoras…
También te diré, en la línea de esos cineastas melómanos, que dentro de Lumière nos sentimos curiosamente cohesionados a partir de referencias literarias y musicales que circulan entre muchos de nosotros, pese a no ser nuestro primer tema de conversación. Hay casos muy curiosos: My Bloody Valentine, Damien Jurado, Patti Smith… en el campo de la literatura Roberto Bolaño. Luego hay muchas discrepancias, claro.

Y el Óscar que le han dado a Trent Reznor, por la banda sonora de La Red Social… ¿Has oído ya la banda sonora?
– He visto la película, he escuchado la banda sonora en la película. No me parece su mejor trabajo ni particularmente destacable… Creo que está muy bien y que en la película funcionó muy bien, con lo cual me parece un digno premio, pero no es su trabajo más original. Hay canciones que se parecían a canciones que ya había hecho o incluso a canciones de otros grupos (uno de los motivos se acerca mucho a uno de los temas del Plans de Death Cab For Cutie). Pero me alegró mucho ver subir a recibir un Óscar a este personaje……

Bien vestidito que iba.
– Bien vestidito y bien serio.

Vestido de persona (risas).
– Sí (risas).


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