«Reivindico la espontaneidad y el hueco para el error frente a la sobreproducción»

Caldo y su sobrino se divierten

Caldo ha publicado su último disco Sexo y Otros Fantasmas bajo licencia copyleft, por lo que sus canciones las puede usar cualquiera para lo que quiera siempre que sea sin ánimo de lucro: copiar, versionear, difundir… Sexo y Otros Fantasmas son una serie de canciones hechas entre enero y julio de 2005 con la obsesión por la represión sexual y la incapacidad para dar una explicación racional a determinados hechos como hilo conductor. La mayoría responden a un método de trabajo basado en la composición rápida. Todo en una tarde o una mañana. Media hora para encontrar la muestra de partida, un par de horas para arreglar y otra para componer la letra.
El método reivindica la espontaneidad y el hueco para el error frente a la sobreproducción y, además, no puede hacer más que hablar en primera persona, casi con lupa, del entorno cercano. Son canciones ligadas definitivamente al modo, momento y motivaciones que las originaron. La temática de este disco es bastante sugerente, es una propuesta que puede ser tomada casi como un insulto o un asalto a la intimidad. Sensaciones de adolescencia. La pérdida de referencias. La construcción de recuerdos. Añorar tiempos de preocupación ante lo que podía pasar cuando sabes que no pasó nada. La descontextualización de los sentimientos. El encontronazo con la temporalidad. Una marcha de guerra a base de filtros sobre muestras y síntesis. Repetitiva, infinita. Idéntica compás tras compás y, pese a todo, impredecible e inevitable. Sin duda, un disco intimista y de variedad temática.

Una entrevista de Chema Helmet (24/01/2006)

Para empezar, me gustaría que nos contases algo sobre ti. ¿De dónde viene y adónde va Caldo? ¿Es ésta tu primera experiencia con la música o ya habías participado antes en otras bandas o proyectos musicales?
– Caldo surgió después de cuatro años con Quicio, un grupo más cercano al rock que al pop del que todos los ex integrantes estamos muy orgullosos y también, a ratos, avergonzados.

Trabajamos bastante con el grupo (más de 30 canciones y un montón de directos, tres maquetas, muchísimos ensayos…) Las promesas incumplidas de un productor al que no voy a citar acabaron con el grupo.
Estábamos en torno a los 25 ó 26 años, una edad en la que, para mi desgracia, no había asumido todavía lo mediocre de mis capacidades. Caldo fue el principio de todo aquello. Empezar a asumir que uno no es un genio. No suena nada bien pero, a día de hoy, son muchos los que todavía lo piensan de sí mismos.

Con la necesidad de hacer música por un lado y mis limitaciones por otro, pensé en mi música como un caldo. El caldo de una abuela. No sería alta cocina pero tendría un sabor especial y, seguramente, podría gustar a mucha gente.
Además, siempre he sentido simpatía por el señor que cuidaba los recreos del pequeño Nicolás (libros de Goscinny ilustrados por Sempé), al que todos llamaban el caldo.

El disco (Sexo y otros fantasmas) lo has grabado siguiendo un método de composición rápida, en el que en un par de horas haces la música y los arreglos, y en otra hora escribes la letra. ¿Siempre compones así? ¿Por qué te gusta utilizar esta forma de componer?
– Creo que hay demasiada producción. Creo que falta espontaneidad en la música. Creo que no nos podemos dar tanta importancia a nosotros mismos. Una canción es sólo una canción y el valor añadido que tiene no se lo pone uno como si fuera un genio capaz de tocar con su varita las cosas. Las canciones nos sorprenden en la medida en que las vamos haciendo.

Todo el misterio está ya en un acorde de guitarra o en una palabra, cosas que no inventa el músico, cosas de las que parte para hacer su canción. Un mayor o menor talento y un mayor o menor conocimiento de las herramientas conduce a mejores o peores canciones pero la parte más misteriosa, la que engancha, se nos escapa.

Yo me inicié en la música con cintas de los Beatles que  se oían fatal y mi experiencia era muy satisfactoria y plena. En este momento doy rodeos para no utilizar la palabra esencia, por lo peligrosa que es, pero me muerdo la lengua. Hay discos en los que trabajan un montón de personas, auténticas obras de ingeniería, en las que
brilla por su ausencia la gracia. Está claro que todos intentan vender y todo eso pero unos lo hacen más descarado que otros. Sé que mi música podría grabarse mejor y que podría invertir algo más de tiempo en componer pero creo que no ganaría tanto. Al que no le guste pues que no le guste, como si no le gustan mis manos o mis ojos. Mi música no es universal.

Cuando trabajo por encargo no utilizo este método. Hago música para danza, para cortometrajes, también he hecho un par de spots. Ahí echo muchas horas  (demasiadas) tratando de conjugar lo que se me ha pedido, lo que puedo hacer y lo que me gusta. Es otra parte de mi trabajo que también me gusta mucho.

Tampoco creo que todos deberían aplicar mi método ni nada por el estilo. A lo mejor yo mismo no lo aplico en el siguiente disco.

¿Has grabado tú solo todo el disco o te han ayudado otros músicos?
– Yo solo, aunque les «robé» un trozo de canción a mis compañeros de estudio (Aeróbic) para la pista 10.

Sexo y otros fantasmas lo has editado bajo licencia copyleft. ¿Por qué has decidido no ampararte en el copyright?
– Por eso, porque creo que no es justo lo que se percibe por la música cuando tienes éxito. Creo que el beneficio es desmedido, que se exageran los méritos. Además, yo no genero un duro con lo que me resulta muy fácil hacerlo. Sólo pretendo una mayor difusión y que la gente venga a mis conciertos y me conozca. ¿Qué haría si me pusieran, hoy por hoy, un contrato multimillonario por delante? Quiero pensar que seguiría haciendo lo mismo que hago (de hecho, hace tiempo que no busco discográfica ni productor ni leches y que paso de concursos), pero algo me dice que acabaría dando la vuelta a todo para justificarme y forrarme, pero eso no lo haría menos injusto y si la gente que está en mi situación no se rebota ¿quién lo va a hacer?

Mis canciones se pueden descargar de forma gratuita de mi web: www.caldo.info.

En mi caso, y en el de mucha gente, considero que determinadas canciones son nuestro patrimonio cultural, se han convertido en piedras angulares de nuestra cultura… ¿Quién se considera con derecho a decirme que no puedo hacer una versión de algo que para mi es casi una canción popular, que me han metido por el oído sin mi consentimiento casi desde mi nacimiento?
Ya está bien de millonarios excéntricos. Que Mick Jagger siga percibiendo dinero por lo que hizo en los sesenta está al nivel de los derechos que los colonizadores tienen sobre los territorios que colonizan. Para mí la música está mucho más cerca del descubrimiento que de la creación.

Tus canciones son muy crudas y desnudas, llenas de fogonazos emocionales. ¿Qué es lo que más te inspira a la hora de crear música?
– Trato de ir a lo que más me obsesiona en ese momento. Es casi terapéutico. De cuando en cuando te sales un poco y miras desde arriba lo que vas haciendo y ves que, claramente, hay un factor común a todo ese conjunto de canciones. Hay un eje temático (el sexo está presente, directa o indirectamente en todas), de estilo, de texturas… también, por desgracia, hay partes más deslavazadas…
Por eso el eje fundamental es temporal, los meses en los que han sido compuestas. Soy yo. En esos meses.

¿Crees que las canciones que haces te sirven para espantar a tus fantasmas y para exorcizar a tus demonios interiores?
– En el caso de A día de hoy parece que nos silban, por ejemplo, andaba obsesionado ante la idea de la existencia de fantasmas (he descubierto que existen, pero eso es muy largo y no lo puedo explicar ahora) además de asustado. Después de hacerla dejé de padecer –aunque sólo durante unos meses- las pesadillas que me agobiaban en ese momento.
En un sentido menos literal, el hecho de hacer música me permite dar salida a ciertas obsesiones y traumas a los que el término fantasma no les viene nada mal.

Percibo en el disco un tono general de añoranza, de un lamento por la pérdida de la inocencia. ¿Estás de acuerdo?
– En realidad, es más fácil hacer llorar que reir, siempre se ha dicho eso. Tengo bastante más sentido del humor del que rezuman mis canciones. Mi asignatura pendiente es hacer algo más alegre. Lo he intentado y no me sale. Confío en aprender y poder ofrecer algo así más adelante.

¿Tocas en directo? ¿Tienes banda de acompañamiento o te ocupas tú de todo?
– He preparado un directo con las canciones del disco y algunas más, junto a algunas versiones en las que toco una guitarra española y me ayudo de una pedalera midi para controlar un ordenador y un sampleador. La idea es que todos los sonidos, incluso los sampleados y los que salen del ordenador provengan de la guitarra española, de la que soy
fanático.
Además, tenemos en marcha el espectáculo de danza y música La odisea de una actor secundario en el que tocamos en directo un bajo, una batería, una soprano y un steeldrum, con la compañía Taiat Dansa.

Los conciertos en solitario los empezaré a principios de marzo en la sala Murray en Valencia y no tengo más fechas cerradas pero si contactos.

La cosa es que acabo de tener un hijo (hace una semana) y creo que todo va a ir un poco más lento los próximos meses. Además, La odisea de un actor secundario si que tiene bastantes fechas cerradas (la primera el 3 de mayo en Burjassot) y la compañía Taiat estrena su espectáculo Memoria azul en dos o tres meses y tengo que hacer toda la música (ya está muy avanzada).

No me queda más remedio que preguntarte sobre esa azafata de Vueling que se llamaba Sonia o Cristina y con quien no llegaste a hablar y que se ha merecido dos canciones de tu disco.
– En realidad, se trataba de hablar de la incomunicación (como Barón Rojo). No es descabellado pensar que aquella chica sintiese ganas de follar conmigo (pasa poco pero pasa). Yo, desde luego, lo sentía. ¿Por qué no se hablan estas cosas? Hubiera sido ofensivo proponerle algo así. Yo, desde luego, hubiera flipado y declinado la oferta en caso de haberse producido por su parte. Eso lo hemos perdido. Tan cerca y tan lejos.

Una canción refleja la realidad, lo que pasó. Cada uno en su caja. Apiladas, pegadas, las cajas, y tan lejos… En la otra, pasa lo contrario. Es una tontería, qué le vamos
a hacer…

¿Qué es lo próximo que sabremos de Caldo: conciertos, grabaciones…?
– En cuanto pueda haré un disco de este estilo, pero tardaré al menos un año por todo lo que decía anteriormente. Espero que funcionen los directos con la española y el espectáculo aquel…
Y bueno, también me han encargado la música para el cortometraje ganador del concurso Greenspace Heineken de Valencia…

Para terminar, puedes decir lo que quieras…
– Ya me he enrollado bastante. Gracias por el interés. Un saludo.

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