El fonoautográfo humano de Graham Bell (1874)

El teléfono de Graham Bell

Una pequeña intrahistoria de la fonografía


El escocés Alexander Graham Bell (1847-1922) es universalmente conocido como el inventor del teléfono (aunque el verdadero inventor es el italiano Antonio Meucci, pero esa es otra historia). Su madre y su esposa eran sordas, lo que influyó en el interés de Bell por investigar la escucha y el habla.
Hacia 1866 Bell estudió la obra del científico alemán Hermann von Helmholtz, y tras estudiar su trabajo Sensation of Tone (Sensación del tono), se dedicó con ahínco a experimentar con la electricidad para transmitir el sonido.

En 1874, ya residente en Norteamérica, y con anterioridad al fonógrafo de Edison, Graham Bell experimentó con un “fonoautógrafo”. El objetivo de este experimento era descubrir cómo el oído humano detectaba el sonido, por lo que utilizó un oído extraído de un cadáver a cuyas partes móviles le adosó una aguja.
El fonoautógrafo de Bell utilizaba como mecanismo de grabación el propio oído humano, era una insólita invención biomecánica con la que consiguió grabar los sonidos que entraban por una bocina, sonidos que generaban una vibraciones que la aguja grababa sobre una superficie de cristal recubierta de una película de carbón ahumado.
(Fuente: wikipedia)

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