Es sólo rock’n’roll zine (pero nos gusta)

El festival de arte contemporáneo Explum arrancó con un concierto gratuito de Triángulo de Amor Bizarro y Lagartija Nick.

Una crónica de Chema Helmet
Quién: Lagartija nick y triángulo de amor bizarro
Dónde: CP Sagrado Corazón (Puerto Lumbreras)
Cuándo: 14 de marzo de 2008

El festival Explum es un certamen organizado por el Ayuntamiento de Puerto Lumbreras (Murcia), de carácter interdisciplinar y destinado a apoyar a los jóvenes creadores de arte contemporáneo, pero que no descuida otras manifestaciones culturales y que entre sus actividades ha programado en su edición de 2008 un macroconcierto encabezado por Albert Plá, Def con Dos, Digital 21, Humbert Humbert…
Como aperitivo, la víspera se desarrolló el “Free XPL”, un concierto gratuito protagonizado por dos interesantes bandas nacionales que han estado bien colocadas casi con unanimidad en las tradicionales listas de “Lo mejor de 2007”, a saber, Triangulo de amor bizarro y Lagartija Nick.

A pesar de la agradable temperatura que disfrutamos en el patio del Colegio Público Sagrado Corazón, la frialdad impregnó desde el principio el concierto de Triángulo de amor bizarro y el trío gallego no consiguió sacudírsela de encima.
Es sabido que este grupo ha protagonizado uno de los debuts más sorprendentes de las últimas temporadas, y que por méritos propios se han ganado el reconocimiento de crítica y público.
Pero a tenor de lo escuchado en Puerto Lumbreras, hay que decir que TAB estuvieron por debajo de lo esperado. Es cierto que el sonido no les hizo justicia, pero tampoco se les vió a los gallegos muy cómodos durante su concierto y dieron la sensación de que el asunto les venía un poco grande. Estoy seguro de que en distancias más cortas y en ambientes cerrados (el concierto era al aire libre en un patio escolar), la cosa hubiese sido otro cantar.
TAB tiene un planteamiento bien simple y efectivo: un trío de guitarra, bajo y batería, un muro de ruido y una base cruda sobre la que se desarrollan canciones melódicas de temática muy personal y no siempre comprensibles.
Pero el concierto avanzaba y avanzaba y sin embargo la deseable conexión entre público y el grupo no llegaba. Los gallegos fueron desarrollando sus canciones (para mi gusto mejores cuando las cantaba Rodrigo), sin terminar de enganchar. Habrá que esperar a otra ocasión.

Lo de Lagartija Nick fue otro cantar. Desde que pusieron el primer pie sobre el escenario se lo comieron con patatas y la comunión con el público fue instantánea. A ellos hasta se les quedó pequeño el escenario.
Tampoco les hizo justicia el sonido, hay que decirlo, pero claro, la veteranía es un grado y la solvencia que da llevar desde finales de los años ochenta sobre el escenario se ha de notar en algo.

El peso del concierto de Lagartija Nick recayó sobre El Shock de Leia, el aclamado último disco del cuarteto granadino comandado por el inquieto Antonio Arias. Es este un disco en el que retornan a sus orígenes roqueros (sin hacerle ascos a la inmediatez pop), y en el que afianzan su sólida y merecida condición de grupo de referencia dentro de nuestro panorama alternativo. Pocos grupos pueden presumir de tener un par discos que hayan supuesto un antes y un después en el devenir de la música independiente española y ellos los tienen (hablo por supuesto de Inercia y de Omega).
Con todos estos mimbres, el cesto que sale sólo puede ser de primera calidad. Es evidente que Lagartija Nick no tienen ya nada que demostrar a nadie, pero es que viendo la entrega y rabia con la que abordan el directo cualquiera diría que llevan más de veinte años en activo.

El alborozado público que coreaba todas las canciones de los granadinos rozó el delirio cuando llegó el turno de las canciones más míticas de los “lagartijos” (Nuevo Harlem, Esa extraña inercia, Rock’n’roll zine o Satélite), pero tampoco hay que olvidar la excelencia de canciones más recientes como El signo de los tiempos o 20 versiones, que seguro que terminarán por convertirse en imprescindibles en el repertorio lagartijero.