Éramos pocos ye-yés

La sensacional batidora sonora de Dwomo en acción.

Una crónica de Chema Helmet

Quién: Dwomo
Dónde: Garaje de la Tía María (Murcia)
Cuándo: 6 de mayo de 2005

El público murciano renunció a disfrutar del concierto de uno de los grupos más personal, arriesgado y entretenido que se pueda ver en estos tiempos sobre un escenario y por contra acudió en masa al reencuentro con Coque Malla y sus colegas. ¿Que no vino nadie al concierto de Dwomo? Pues peor para los que no vinieron, porque yo sí que estuve y me lo pasé de miedo.

Frente a mí tenía a dos sujetos uniformados con monos de trabajo y gafas «cósmicas», rodeados de un sinfín de instrumentos y dispuestos a todo: capaces de hacer una versión en clave tecno de Redemption song (Bob Marley) y además cantarla en japonés, o de tocar rock con sus dos guitarras a todo volumen, o berrear en el más puro estilo punk, para pasarse después al tecnopop cantado con vocoder y rematar la faena tocando batucada.

Uno de los principales logros de Dwomo es que no tienen ninguna atadura estilística, lo que les permite hacer la música que les viene en gana y saltarse todas las etiquetas para pasarlas por su particular batidora sonora.

Tocaron entre otros temas la deliciosa Daniella, la apabullante Totó, el pop saltarín de Noches de safari, ese acierto que es la socarrona Guillermo Tell me, la genial Bingo (¡¡brutal!!), o una potente Somos muchos ye-yés.

Y a pesar de que no llegábamos a la docena quienes esa noche fuimos a un desangelado Garaje, los chicos de Dwomo se dejaron la piel sobre el escenario, tocaron con ganas (y eso que tenían delante un panorama…) y nos deleitaron con un fantástico concierto de los que se recuerdan durante mucho tiempo. Y eso que no nos lo merecíamos.