Con pocas palabras, buena música

Acid Mothers Temple & the Melting Paraíso U.F.O. festín psicoprogresivo en el AciDFesT, festivalesdepop.com estuvo allí.

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Galería de fotos:

[flickr-gallery mode=”photoset” photoset=”72157627942105289″] // Fotos: Chema Helmet

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Acid Mothers Temple en ‘2011 a Space Ritual’

Cuándo: viernes 28 de octubre de 2011.
Dónde: en la sala 12&medio (de Murcia, España).
Cuántos a cuánto: 70 personas a 12-15 €.

El mayor valor por el que apuesta el programador de la sala 12&medio son las bandas de culto no tan undergound –ya que giran por el mundo entero- como Motorpsycho –estuvieron la pasada temporada-. Pero si para contratar a la banda de metal alternativo tuvo que acudir a Noruega, ahora se ha fijado en el subsuelo japonés para ofrecernos una de las seis paradas españolas de los no menos interesantes Acid Mothers Temple & the Melting Paraiso U.F.O.

Alguna coincidencia se podría forzar entre ambos grupos, pero destaquemos una simpática de tipo extra-musical: el trío noruego se bautizó gracias a una película de Russ Meyer y el nipón Kawabata Makoto ejerce de fotógrafo con pasión por el desnudo femenino, al menos a la hora de ilustrar las portadas -con cierta estética camp– de la inabarcable discografía de sus Acid Mothers Temple (AMT). Curiosidad menor frente a su hiperactividad como compositor, productor, ingeniero de sonido, multiinstrumentista -sobre todo guitarrista- y líder del AMT soul collective.

El hilo conductor de la noche giró en torno a la combinación de psicodelia e improvisación, noche acertadamente bautizada como AciDFesT. Ésta empezó de una forma estupenda gracias al trío alicantino Bëiruth, que interpretó una única pieza con la que supieron mantener la atención del escaso público durante sus cuarenta minutos de concierto, con la única distracción de un vistoso haz de luz láser y sazonada con samplers de diálogos de ‘2001: a Space Odyssey’. El AciDFesT concluyó más allá de las 2:30 con el trío valenciano experimental Traummaschine, impulsores del netlabel Chiennoir.

Acid mothers temple: torrencial japanoise rock psicoprogresivo cargado. Furia nipona destrozatímpanos y abrasaneuronas. (9/10).

— festivalesdepop (@festivalesdepop) October 28, 2011

@festivalesdepop Si llegan a tocar el bis, el 10.

— Alfonso Zaplana (@alfonsozaplana) October 29, 2011

Lógicamente el cabeza de cartel y principal reclamo fue AMT, que se presentó en formación de cuarteto –reclamo incluso para las otras dos bandas participantes, cuyos miembros emocionados no perdieron detalle de su actuación-. Grandes músicos que mostraron algo de cansancio, consecuencia quizás de una intensa gira europea sin prácticamente asistencia humana que sigue una dinámica feroz de descarga-montaje del backline completo-actuación diaria-vuelta a cargar para embarcarse en unos largos viajes en furgoneta (la noche siguiente a Murcia tocaban en Huesca). Y hablamos de unos músicos que, a pesar de sus frondosas melenas, casi todos peinan canas.

Los japonenes presentaron su último trabajo de estudio titulado The Riffer at the heaven’s gates of dark (Riot Season, 2011), en el que el bajista Tsuyama Atsushi lleva la voz cantante y del que interpretaron un par de títulos: ‘Chinese flying saucer’ tema sideral con recuerdos al rock de finales de los 60 y principios de los 70 –obviamente Led Zeppelin como primera referencia- y ‘Shine on your crazy dynamite’ con su explícito homenaje. También rescataron la que probablemente sea su pieza más recurrida ‘Pink lady lemonade’, para mayor gloria de la incontinencia guitarrera: arpegios cristalinos, punteos rompe cuerdas, guitarra voladora y una varita metálica usada a modo de arco del violín. Rock espacial para iniciados.

Parece justo y coherente incluir en esta misma crónica la actuación, 4 días antes en la misma sala, de los turineses Stearica. Trío experimentado que tras quince años de trayectoria sólo ha registrado un elepé propio titulado Oltre (Homeopathic, 2008) y un disco en directo compartido con sus compañeros de giras los AMT, cómo no, ellos nuevamente.
Formados por un simpático y enérgico baterista al frente, un insistente bajista en silla de ruedas y un guitarrista culpable de la impalpable textura electrónica, construyeron un breve y suficiente concierto de sonido rico y complejo, transitado por los campos del post-rock. La formación murciana Perro teloneó a posteriori a los italianos, intercambiándose los instrumentos y mostrándose inocentemente resolutivos. Tres jóvenes con futuro, si trabajan duro y tienen suerte.

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