Determinamos las Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas del primer concierto de la edición 2011 de Microsonidos.
Objeto a analizar: Lapido, Nick Garrie y Maez en concierto
Lugar de análisis: Sala Doce y Medio (Murcia)
Fecha de análisis: 31 de enero de 2011
Resultado del análisis: De todo un poco, como en la viña del Señor
· Pablo Maez… o Maez… o Pablo H. ¿Con cuál nombre artístico se queda?
· Que Nick Garrie viniese sin banda. Sus canciones se merecen algo más que un par de guitarras acústicas. Piden a gritos ser tocadas por una banda al completo.
· Lapido salió a tocar en tras Maez y Nick Garrie, cuando ya llevábamos un par de horas metidos en harina. Que tocase durante dos horas y media fue excesivo. Terminó aburriendo.
· Los recortes presupuestarios que amenazaron la supervivencia del ciclo Microsonidos. Sin embargo, el público dió la cara por él y llenó la Sala Doce y Medio.
· El pesimismo genético y tristón de las canciones de Lapido: demasiadas historias de fracasos y de encontronazos con la cruda realidad. ¿Me corto las venas o me las dejo largas?
· Parecidos razonables: ¿a qué ex presidente de los EE.UU. se parece Nick Garrie?
· Los chistes de Maez.
· Las bellísimas e inmortales canciones de Nick Garrie. Son monumentos pop de tres minutos de duración.
· Lapido es sin lugar a dudas uno de los grandes letristas de nuestro país. Los destellos de su pluma son inmarcesibles.
· El gustazo de volver a escuchar unas cuantas canciones de los añorados e inolvidables 091.
· La primera noche de Microsonidos se saldó con todas las entradas vendidas. Una prueba de que iniciativas como ésta, consagradas a la música que no transita los senderos más trillados, son viables.
· La oportunidad que tiene por delante Pablo Maez. Sin tener todavía disco en la calle y cantando en inglés (en un país con uno de los niveles más bajos de inglés hablado y escrito de toda Europa), una multinacional (Warner) ha decidido ficharle.
· Dos por el precio de uno: gracias al buen olfato de Nick Garrie para rodearse de «secuaces», pudimos disfrutar junto a él del buen hacer de un geniecillo del pop patrio: Pigmy.
Un análisis de Chema Helmet