La segunda jornada del festival Audiobox Vol.2 en el Espacio Sonoro del Centro Párraga nos regaló un intenso concierto de la banda instrumental irlandesa God is an astronaut.
Una crónica de Chema Helmet
Quién: God is an astronaut
Dónde: Centro Párraga (Murcia)
Cuándo: 28 de marzo de 2009
Nightbreed (Razas de la noche), es un film de terror dirigido en 1990 por Clive Barker (Hellraiser) en el que se nos cuenta la historia del joven Aaron Boone, quien sufre de una extraña enfermedad mental. Para su horror, Boone es informado por el doctor Decker (su psiquiatra) de que es el responsable del asesinato y mutilación de once personas, un crimen que ha aterrorizado a la ciudadanía últimamente (y cuyo verdadero responsabe es en realidad Decker).
Decker le cuenta a Boone que su mente enferma ha hecho que olvide los recuerdos de los asesinatos. Antes de perder toda esperanza, Boone comienza a pensar que la salvación se encuentra en un lugar llamado Midian, un lugar mítico en el que los monstruos (como él) pueden tener su santuario. Boone descubre que Midian es una laberíntica ciudad que se extiende kilómetros y kilómetros bajo un cementerio cercano.
Al llegar a la terrorífica ciudad de Midian, Boone se dará cuenta de que los monstruos no son tan malvados como las leyendas decían y que los verdaderos monstruos en esta historia son otros: los seres humanos.
Torsten y Niels Kinsella son dos hermanos originarios de Wicklow (Irlanda),aficionados al cine de terror, que desde comienzos de los años noventa llevan tocando juntos en diferentes bandas locales. Hacia 2002, los hermanos Kinsella estaban viendo por la tele la película de Clive Barker cuando uno de sus personajes dijo en un momento determinado: "Dios es un astronauta, El Mago de Oz miente desde el otro lado del arco iris y Midian… bueno, allí es donde habitan los monstruos", entonces, ambos se miraron y decidieron que ya tenían un nombre para su grupo, un nombre que encajaba como un guante en su visión musical: moderna y apocalíptica a la vez.
Viendo actuar al trío irlandés (que completa Lloyd Hanney a la batería), desde luego que uno se llega a preguntar si es que el fin del mundo no estará cercano ya. La intensidad sonora y visual de un concierto de God is an astronaut es una experiencia impactante y difícilmente olvidable. Sobre el escenario se nos muestra una maquinaria simple y a la vez espectacular, perfectamente engrasada y que apenas deja cosas al azar.
Los largos desarrollos instrumentales de las canciones de God is an astronaut siguen un patrón coherente y denso que explota con maestría la tensión emocional en una montaña rusa de subidas y bajadas rítmicas. A mitad de camino entre el post-rock geométrico y anguloso, el rock progresivo de inspiración shoegaze y el metal más crudo (es que se confiesan admiradores de Metallica y Slayer), el repertorio de God is an astronaut es la banda sonora perfecta para cualquier película de catástrofes.
La suma de guitarras espaciales que se reflejan hasta el infinito, riffs pesados que martillean sin piedad, colchones electrónicos que crean atmósferas, polirritmos que aportan tensión y bajos saturados que sacuden nuestros estómagos, arroja como resultado global una experiencia musical muy física e intensa a la que se une la faceta visual gracias a la esmerada iluminación y las sutiles proyecciones que acompañan cada una de las canciones de los irlandeses (elaboradas y editadas por ellos mismos), lo que convierte al concierto en un espectáculo integral.
Los irlandeses no es que sean un grupo que se prodigue mucho en directo, lo que explica que al Centro Párraga acudiera en masa un entregado público venido desde todas partes de España para disfrutar a fondo con la oscuridad emocional de las composiciones del Dios astronauta. Los de Wicklow, que a comienzos de 2008 hicieron su primera gira por los EE.UU., sufrieron el último día de su gira un robo en Nueva Jersey, donde perdieron equipo por valor de 20 000 dólares. Algunos testigos aseguran haber visto en las inmediaciones del lugar a un grupo de seres deformes escabullirse con el equipo robado en dirección a un cementerio cercano… ¿Gustará en Midian el post-rock?