Con la verdad por delante

Klaus & Kinski en versión dúo acústico en Murcia River Sounds.

Una crónica de Chema Helmet

Quién: Klaus & Kinski
Dónde: Molinos del Río (Murcia)
Cuándo: 12 de noviembre de 2009
Este 2009 está siendo un gran año para Klaus & Kinski: los murcianos han sabido abrirse un hueco en el abigarrado panorama musical, ganarse la atención del público y recibir los elogios prácticamente unánimes de la prensa del ramo. Su agenda de conciertos no para de engordar (en un mismo verano han sido capaces de pisar el escenario de los festivales Primavera Sound y FIB Heineken, algo al alcance de muy pocos grupos nacionales), han tenido tiempo para sacar un epé de cinco canciones (Por qué no me das tu dinero), de participar en el disco del Día de la Música…

Con estas credenciales se presentaron K & K en la quinta edición de Murcia River Sounds, el ciclo de conciertos que se desarrolla en el espacio cultural Los Molinos del Río, a orillas del Segura y con vistas a la cola de la sardina.
Tras haber tocado la noche anterior en Barcelona (con indisposición de Marina y visita al hospital incluida), K & K acudieron en versión dúo a la cita con Murcia River Sounds. Alejandro y Marina despojados de electricidad y mostrando su verdadera esencia. Ya alguien dijo que en las distancias cortas es donde uno se la juega. Pues así, en corto, sólo con guitarra acústica y voz, las canciones de Klaus & Kinski ganan muchos enteros: los matices afloran a la superficie y la voz de Marina suena más desahogada, sin el peso de las capas de sonido a las que nos tienen acostumbrados en su versión estándar (como cuarteto o quinteto eléctrico).

El buen gusto, la inteligencia, el humor y el sufrimiento son los principales ingredientes que manejan con singularidad estos chicos para construir su propio universo.
Veamos:

1) Klaus & Kinski tienen un gusto excelente para elegir las canciones que versionar (y con las que consiguen resultados francamente sorprendentes). En Murcia River Sounds nos regalaron unas gustosas Everybody’s talking (Harry Nillson) y Harvest Moon (Neil Young).

2) Es habitual definir al pop como una música poco seria, insustancial, repetitiva…, pareciera que la inteligencia y el pop no se llevasen muy bien. No es el caso con K & K. La pareja murciana destaca por su manejo inteligente de referentes sonoros ajenos y su acertado tino a la hora de mirarse en los espejos sonoros que más les convienen para lograr un discurso propio y heterodoxo a base de eclecticismo y dispersión.

3) Ya en los años ochenta se preguntaba Frank Zappa si era posible combinar humor y música (Does humor belong in music?). K & K sin duda que lo consiguen: su fino sentido del humor y de la ironía impregna su obra: ya sea en el nombre que los bautiza, los títulos de sus canciones (Crucifixión la solución, Muerte en Plasencia, Sintigo o sin ti), ya sea escuchando ese bolerazo que es Mengele y el amor –que tocaron acompañados por Seka al bajo- (me gustaría probar / sobre tu tersa piel / el efecto fatal / de un potente abrasador / que gota a gota / de mi pecho / brota orgulloso por la sed / de entrar a tu cuerpo / a poseer tu intima desnudez / y si prefieres aun te puedo / inyectar lo que tú y yo sabemos / quiero hacer de tu cuerpo un estuche de cristal…) Sin comentarios.

4) El sufrimiento y la muerte, las obsesiones religiosas, la muerte en vida (La mano de Santa Teresa de Jesús) también sobrevuelan el mundo "klauskinskiano". Ver la misma estampa incómoda de Marina sobre el escenario, cantando (¿o debería decir sufriendo?) con una sincera rigidez que llega hasta los extremos de manifestar al público su negativa a interpretar ciertas canciones (ahora viene una canción que odio, ¿qué tal si nos la saltamos?).
No sé que duele más: no ser y parecerlo, o serlo de verdad (Nunca estás a la altura). Yo lo tengo claro: mejor con la verdad por delante.

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