Tachenko llegaron a Murcia para presentar Esta vida pide otra, su tercer álbum con el que abren una nueva etapa en su carrera de la mano del exquisito sello madrileño Limbo Starr.
Una crónica de Chema Helmet
El nuevo disco nos presenta al cuarteto mucho más vigoroso y vitaminado, y ese espíritu renovado también impregnó su concierto: radiantes de ilusión y con enormes ganas de agradar a su creciente público. No es para menos. Los nuevos bríos de Tachenko nos los muestran sobre las tablas con una mayor claridad de ideas que antaño, con canciones más directas y guitarreras, con letras cargadas de optimismo y efusividad.
El mundo se acaba y su animado estribillio (ven conmigo a pasear / ya sabes que el mundo se acaba / es un error monumental) fue uno de los momentos álgidos del concierto. Y es que muchas veces lo simple es lo más fácil y lo mejor. Las canciones de Tachenko ejemplifican ese axioma («Hecho es simple», como decía aquel). Más ejemplos: Quemados por el sol (Ya sé que esto es lo mejor / pero siempre actúo así, créetelo / Pero a ti qué más te da / si ya te ha quemado el sol), otro de esos temas con estribillo reivindicable, fresco y dinámico.
Sergio Vinadé (dueño de los bigotes más característicos de la escena indi patria) siempre ha citado a 091 como fuente de inspiración; por ello no fue de extrañar que Tachenko tocaran Esta noche, esa preciosa canción de emocionante estribillo (No habrá problemas esta noche / No habrá cadenas que te estorben / Quizás mañana sea igual / pero no esta noche / Porque la luna brillará en el negro cielo hoy) que apareció originalmente en Doce sin canciones sin piedad (1989), la obra cumbre del hoy legendario grupo granadino.
El aperitivo de la velada corrió a cargo de Jonston, otro artista de la escudería Limbo Starr, autor de un interesante y poco reivindicado disco homónimo. Jonston tocó él solito, con su guitarra acústica (salvo en un par de temas en los que tuvo la ayuda de Alfonso Tachenko a las escobillas). Este chico tiene canciones que son unos hits tremendos (Telefonoh, El controlador de la hora), que resultaron igual de disfrutables en la versión acústica en la que nos fueron ofrecidas. Jonston cumplió a la perfección con su papel y nos dejó el ánimo en perfectas condiciones para disfrutar de lo que vendría despues. Mejor imposible.