Russian red en concierto en la Sala Stereo de Murcia: una experiencia cuasi religiosa.
Una crónica de Chema Helmet
Quién: Russian Red
Dónde: Sala Stereo (Murcia)
Cuándo: 1 de noviembre de 2008
El 1 de noviembre es el Día de Todos Los Santos, una solemnidad cristiana instituida bajo el Papa Urbano IV (1261-1264) para venerar a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico, conocidos y desconocidos.
Y se cuenta por ahí que en la noche de ese Día de Todos los Santos de 2008 en la Sala Stereo de Murcia se celebró una liturgia musicada, de origen pagano parece ser, para venerar a una ¿cantautora? madrileña que sobre los escenarios es conocida como Russian Red y fuera de ellos como Lourdes Hernández.
Cuentan las crónicas que muchísimos fueron los fieles allí congregados, fieles a los que no les importó acudir cargando en sus carnes con una resaca contraida la víspera durante la celebración de ese engendro importado llamado Halloween, ni calarse hasta los huesos bajo una lluvia torrencial y persistente haciendo cola a la entrada del templo a la espera de que sus puertas se abriesen.
La misa menor fue oficiada con buen gusto y sobriedad por Alondra Bentley, esa gran promesa de la escena local que salió a cantar en compañía de una guitarra acústica y de su dulce y cautivadora voz. Muchos son los parroquianos que se confiesan devotos de esta jovencita, devotos que en sus oraciones le ruegan al Altísimo que la chica se anime ya de una vez a editar su primer disco y a dar ese paso que hay entre ser una promesa y una realidad, pues condiciones para hacerlo tiene de sobra.
En lo que a la misa mayor se refiere, el programa preveía que fuese Russian Red la oficiante. Esta joven sacerdotisa de la canción íntima ha sido elevada a los altares de la modernidad con apenas un disco en el mercado (I love your glasses), y bendecida por los patriarcas de la crítica con la etiqueta de "artista revelación" del año. Y no les falta razón, porque modas aparte, en la propuesta de Russian red hay mucha, pero que mucha chicha.
La puesta en escena de la liturgia fue bien simple (la propia Lourdes -guitarra y voz- y un guitarrista de acompañamiento). Sin percusión (bueno, alguna pandereta sí que hubo), sin bajo, sin teclados. A pelo. Una instrumentación más que suficiente para que el folk acústico de Russian red se expanda y nos envuelva, para que sus vibrantes canciones nos empapelen el alma de emociones puras y sentidas.
Esta chica se sabe muy bien su salmo y tiene buen gusto y oficio, no hay más que escuchar su personal adaptación de la famosa Girls just want to have fun, esa canción compuesta por Robert Hazard que popularizó allá por el año del Señor de 1983 la neoyorquina Cindy Lauper.
Grandes canciones moran en el tabernáculo de la Señorita Hernández, canciones en forma de estrella que refulgen con intensidad y luz propia, canciones que se escapan con elegancia de su guitarra y de su garganta para elevarse en el cielo y formar una evocadora y armoniosa constelación de sosiego, paz de espíritu, inocencia, y sencillez. Amen.